Cómo cambiar tu estado de ánimo: anclas positivas
Hace unos días, paseando por Madrid, pasé por casualidad delante de un horno. De repente el olor a pan recién hecho hizo que mi mente y mi corazón se fueran de viaje a unas mañanas de verano de mi infancia, cuando acompañaba mi abuela a hacer la compra por las callecitas de Venecia. Fue como tener una maquina del tiempo que me tele-transportara al pasado.
De repente surgieron, como las burbujas de una lata de coca-cola, todas las sensaciones de serenidad, amor y confianza que sentía en aquel entonces, cuando entraba en la panadería dando la mano a mi abuelita. Este fenómeno en Programación Neurolingüística se llama ancla.
Un ancla es una imagen, un olor, un sonido, un tacto que nos lleva a una sensación particular de nuestra memoria de forma instantánea. Es algo muy natural que todos experimentamos porque nuestra mente ha creado unos circuitos neuronales muy fuertes, que conectan aquella sensación o recuerdo a un estímulo específico.
Sin embargo un ancla no siempre está relacionado con algo positivo. A veces, por ejemplo, escuchamos una canción asociada con un evento desagradable de nuestra vida y de repente nos sentimos tristes y melancólicos. Otras veces es una imagen o un olor particular el que causa este proceso. ¿Te ha pasado alguna vez algo parecido?
Estoy segura que sí, porque crear anclas es un mecanismo natural de nuestra mente. Y esa es la buena noticia, es el motivo por el que podemos aprovecharlo y crear anclas a nuestro favor, es decir, crear interruptores para generar las emociones que deseamos en los momentos que queremos sentirlas.
Genera tus anclas para estar bien
Imagínate por un momento cómo podría ser tu vida si consiguieras tener esta capacidad. Podríamos crear un ancla que nos permita sentir confianza en nosotros mismos en los momentos de inseguridad o de cambio, o tranquilidad en los momentos de estrés. Sería como tener un mando: cuando queremos sentirnos seguros sólo necesitaríamos pulsar el botón de la seguridad para salir de un estado emocional no deseado. Así que vamos a pasar a la acción y vamos a crear un ancla, ¿te parece?
Empecemos con una relacionada con la tranquilidad, un ancla que nos ayude a gestionar el estrés de una manera muy sana y fácil. ¿Te imaginas lo genial que sería sentir tranquilidad de forma instantánea cuando te sientes estresado? Vamos a ello.
1. Cierra los ojos y piensa en una situación en la que te sentiste realmente relajado y tranquilo. Sumérgete completamente en aquel momento como si lo estuvieras viviendo otra vez con todos tus sentidos. Vuelve a mirar lo que veías, a escuchar lo que escuchabas, sintiendo más y más lo relajado que estabas. Vuelve a conectar con aquella experiencia de manera completa, acordándote de cada detalle externo e interno. Dedícale el tiempo necesario. Y si no se te ocurre ninguna experiencia concreta, entonces imagínala. Piensa en un lugar donde te encuentres tranquilo y sereno e imagínate allí. Contacta con aquella sensación de tranquilidad, que entonces llenaba cada célula de tu cuerpo.
2. Ahora, mientras estás reviviendo esta experiencia tan relajante y tranquilizadora, aprieta con fuerza las yemas de tus dedos pulgar e índice de ambas manos. Haciéndolo estás asociando esta particular presión de tus dedos a la sensación de paz y tranquilidad.
3. Repite este ejercicio por lo menos 5 veces seguidas.
4. Luego, sin pensar en nada, vuelve a apretar tus dedos de la misma forma y dime: ¿Qué sientes? Deberías sentir una sensación de tranquilidad ahora asociada al estímulo de tus dedos.
5. Sigue repitiendo este ejercicio al menos una vez durante unos 21-30 días, preferiblemente a la misma hora: tómate unos minutos para ti, cierra los ojos y piensa en aquella situación en la que te sentiste realmente relajado. Vuelve a apretar tus dedos cuando estés experimentando aquella experiencia de manera vívida, percibiendo cada uno de sus matices.
Repetir y reforzar
Repitiendo tu ancla todos los días lo reforzarás y así, cuando te sientas estresado y nervioso, apretando tus dedos podrás conectar con la sensación de paz y tranquilidad que necesitas para salir del estado emocional desagradable. Las anclas van a ser un valioso recurso para tu vida diaria, para aprender a tomar más conciencia de cómo te sientes y de cómo quieres sentirte.
Quizás ahora te estarás preguntando: ¿y si tengo anclas negativas, asociadas con momentos desagradables de mi vida, puedo de alguna manera eliminarlas de mi vida?.
La respuesta es SÍ, se puede.
Anclas positivas para anular las negativas
El primer paso es tomar consciencia de cuáles son las anclas que te evocan sensaciones que no te gustan. Te doy un ejemplo.
Recuerdo que en la época de la universidad estaba enamorada de un chico que desgraciadamente me consideraba su mejor amiga. Una noche salimos juntos con otros amigos y, delante de mis ojos, empezó a besar a una chica que pronto se convertiría en su novia. En aquel momento un grupo de música en vivo estaba tocando la canción “Elevation” de los U2. Durante mucho tiempo aquella canción tuvo el efecto de hacerme sentir triste de manera automática.
Sin embargo, unos años después me fui de vacaciones a Cerdeña, donde aprendí a surfear y donde pasé uno de los veranos más bonitos de mi vida. Durante aquellas semanas el destino quiso que el despertador del móvil de mi compañera de habitación fuera justamente aquella canción: cada mañana me despertaba con sus notas y me preparaba para ir a clase de surf.
Escuché tanto esa canción durante aquel verano que de forma natural se disoció de la tristeza y se asoció a un conjunto de emociones positivas: diversión, curiosidad, serenidad. Es decir que el ancla negativo colapsó, dejando paso a un nuevo ancla, positivo y aun más fuerte. Así que para que las anclas negativas colapsen, necesitamos asociar aquel determinado estimulo a una sensación agradable de manera repetida.
¿Cuales son tus anclas negativas? Identifícalas y empieza a colapsarlas.
Llénate de anclas positivas que te ayuden a ser director y guionista de tu propia vida.
Si estás interesado y quieres recibir más desde este blog suscríbete pinchando aquí. Consulta nuestros servicios con coaching e inteligencia emocional aquí y los eventos CpC en este enlace.