Cómo perdonar y superar el rencor

El rencor es una carga emocional muy potente que puede dañar profundamente la vida de una persona. Tanto que puede llegar a perderse la salud si la situación y el sentimiento se alargan demasiado en el tiempo. Es importante dejarlo atrás. Te damos las claves para descubrir cómo perdonar y superar el rencor.

Técnicamente, el rencor es un enfado que no has sabido resolver, ni con la persona que te enfadaste ni contigo mismo, y te has quedado “enganchado” en un punto que va a hacer que cada vez que veas a la persona que lo causó sigas alimentando ese enfado, entrando en una espiral de la que creerás que no vas a poder salir y solo conseguirás dañarte a ti mismo.

Pensemos en alguien a quien guardamos o hemos guardado rencor en algún momento de nuestra vida. ¿Crees que esa persona es consciente o sufre por el rencor que tú sientes? Probablemente no sepa la intensidad con la que estás viviendo ese enfado. Es probable que, dependiendo de lo intensa que haya sido vuestra relación en algún momento haya intentado hablar contigo y ni siquiera le has dado oportunidad, ¿es así? Nos ha pasado a todos alguna vez. En una ocasión leí una frase, de la que no recuerdo su autor, y me hizo reflexionar. Decía: “El rencor es el veneno que tú tomas intentando matar a la persona a quien se lo guardas”.

Diseccionando el rencor:

Vamos a analizar el rencor desde su base:

  1. Ya hemos dicho al principio que el rencor nace de un enfado con una persona.  Esa persona suele ser alguien a quien conoces, y con quien tienes una relación más o menos profunda, por eso te afecta tanto. Puede ser un novio, hermano, amigo, jefe…  
  2. Cada uno tenemos una idea en nuestra mente de cómo debe ser y debe comportarse un buen hermano, amigo, jefe e incluso padre, madre o hijo, ¿verdad? Pues el rencor nace cuando alguna de estas personas no se comporta como crees que debe comportarse en una situación determinada y, naturalmente, ni se te ocurre pensar que esa persona puede tener una idea diferente a la tuya.
  3. Empiezas enfadándote, no habláis de lo que ha ocurrido y tú te sientes decepcionado. La otra persona, en muchas ocasiones, ni se entera de porqué te has enfadado y cómo no lo sabe, ni te explica sus porqués ni cambia de actitud y tú cada vez más enfadado.  Así  que el tiempo va pasando y el rencor acaba apoderándose de ti.

Cuántas relaciones, amistades e incluso familias se han roto por culpa del rencor. ¡Qué pena! ¿verdad?

Cada persona tiene unas creencias, pensamientos, vivencias y experiencias que le han ido modelando su forma pensar y comportarse, dando importancia a ciertas cosas y relativizando otras, igual que tú. Lo extraño sería que todas las personas con las que nos relacionamos, coincidiéramos en creencias, experiencias, pensamientos, etc.  acabaríamos aburridos y lo que es peor, estancados, ya que las diferencias con los demás y las distintas formas de ver la vida que nos aportan, son parte esencial de nuestro crecimiento personal.

¿El rencor es algo de lo que nunca nos podemos librar?

En absoluto, todo lo contrario. La clave es simple y compleja al mismo tiempo, depende de nuestro nivel de madurez, ya que la forma de resolverlo es dialogar, respetar y, si fuera necesario, pedir perdón. Si alguna vez te has preguntado cómo perdonar y superar el rencor, ¡aquí lo tienes! Sí, pedir perdón, que, a pesar de lo que algunos piensen, no nos debilita sino todo lo contrario, nos engrandece.  ¿Sencillo o difícil? Tú decides.   

¿Qué tal si abriéramos la mente y dejásemos de pensar que lo nuestro es lo que vale? ¿Qué tal si escuchásemos a los demás?  Y digo escuchar, no oír. ¿Qué tal si respetásemos, incluso si no compartimos, lo que otros piensan? Seguramente todo cambiaría en nuestras relaciones y nos evitaríamos muchísimo sufrimiento.  

Dejemos de exigir a los otros que actúen como nosotros queremos. Pensemos que en la diversidad y las diferencias está la clave de nuestro propio crecimiento. Escuchemos, respetemos, aprendamos y nuestra vida será más rica, más completa y, en definitiva, más feliz.

Si estás interesado y quieres recibir más desde este blog suscríbete pinchando aquí.
|Fotografía principal: Abdulhalim Yusuf on Unsplash|