El acoso escolar no es cosa de críos

Con motivo del Día Internacional contra el Bullying, que se celebra el próximo 2 de mayo, queremos invitarte a ser cómplice de la solución, para que nunca nadie sea cómplice de otra forma, alimentando esta lacra social por ejemplo con el silencio, porque el acoso escolar no es cosa de críos, y necesita a mucha gente valiente que no permanezca impasible cuando lo presencia. 

Vaya un escalofriante dato por delante, por si quedan adultos que consideran que el bullying es “cosa de críos” y que no hay que hacer mucho caso: el acoso escolar es la causa de la mayoría de los suicidios entre adolescentes. Es un tipo de violencia con el que también hay que acabar.

Según el psicólogo Dan Olweus, reconocido como pionero en la investigación sobre el acoso escolar, el bullying se puede definir cómo:

Una conducta de persecución física y/o psicológica que realiza un alumno contra otro, al que escoge como víctima de repetidos ataques. Esta acción negativa e intencionada sitúa a la víctima en una posición de la que difícilmente puede escapar por sus propios medios”. Y añade que “la continuidad de estas relaciones provoca en las víctimas efectos claramente negativos” , enumerando algunos como: 

  • Descenso de la autoestima
  • Estados de ansiedad 
  • Cuadros depresivos, que dificultan la integración en el medio escolar y el desarrollo normal de los aprendizajes, y en algún caso conducen al suicidio

Cambiemos la perspectiva

Te propongo un ejercicio interesante. No nos centremos ahora en las conductas acosadoras o las víctimas. Creo que todos tenemos claro quién es quién en ese sentido. Vamos a centrarnos en los otros actores que, con sus acciones y omisiones, tienen también un papel, nada desdeñable, en el mantenimiento del acoso escolar y, lo peor, en el sufrimiento de las víctimas. El Dr. Olweus los denomina así:

  • Seguidores: son el círculo más cercano del agresor. No inician el proceso de acoso, aunque participan activamente, dando golpes, insultando, humillando… 
  • Partidarios: hay dos tipos de partidarios, los activos y los pasivos
  1. Activos: no participan dando golpes, aunque sí que animan a los que sí lo hacen, alimentando que continúen haciéndolo y apoyando su comportamiento.
  2. Pasivos: estas personassolo” miran, aunque disfrutan de una u otra forma del espectáculo. Son personas con conductas acosadoras en potencia.
  • Espectadores: son sujetos pasivos en todos los sentidos, miran con actitud “neutral” pensando que no es asunto suyo. Por tanto, ¡no hacen nada!
  • Posibles defensores: lo que no significa que lo sean. No les gusta el espectáculo, incluso les remueve y hasta piensan “debería hacer algo” PERO tampoco lo hacen. Temen tener problemas. Así que, cargados de “buenas intenciones” miran para otro lado o siguen su camino.

El único papel que cabe ante el acoso escolar

Ante el acoso escolar, la única conducta que debemos tener y procurar impulsar es ésta.

Defensor: Son testigos que sí, se implican tratando de detener a los agresores y ayudando a la víctima, o al menos, contándole a profesores o algún adulto lo que está ocurriendo.  

Desafortunadamente, en muchos casos, parece que esta figura no aparece en el proceso o aparece demasiado tarde.

 El acoso escolar no es cosa de críos

(Gráfico “El círculo del bullying”, de Dan Olweus)

 

Cuando miro el cuadro, yo personalmente siento un escalofrío al ver el desequilibrio entre la persona conductas agresoras y todas las conductas cómplice frente a la soledad de la víctima. Por eso, a este cuadro añadiría una leyenda más, y os haría una pregunta importante: 

¿Tú qué pintas contra el bullying?