El bucle del 8 de marzo y cinco conductas hacia la igualdad

De nuevo llega el 8 de marzo y de nuevo momento para la reflexión sobre los avances en materia de igualdad. Confieso que, a veces, el bucle del 8 de marzo se apodera de mí. Por eso, hoy quiero compartir cinco sencillas conductas hacia la igualdad. 

Ya en 2017 escribía con ilusión un post por esta efeméride apostando por la educación como el mejor instrumento, si no el único, para que el 8 de marzo fuese “un día cualquiera”. Lamentablemente, tengo que decir que, a pesar de seguir luchando por ese objetivo, las cosas no han evolucionado de la forma que esperábamos y necesitamos seguir creando conductas hacia la igualdad. 

Es cierto que cada vez hay más mujeres en puestos de responsabilidad, como en el Gobierno o en la dirección de grandes empresas tecnológicas, y eso nos anima y pensamos que estamos en el buen camino, aunque aún es insuficiente. 

Porque la desigualdad aún impregna no sólo las áreas de nuestras vidas, sino también las instituciones y afecta a las políticas públicas, por tanto, no solo a las mujeres y a las niñas, sino también a los hombres y a los niños y, entre todos, crear conductas hacia la igualdad.

Eduquemos, por favor, eduquemos en igualdad. Únanse políticos, docentes, padres y madres para consensuar un modelo educativo en el que la igualdad sea un hecho prácticamente desde la cuna en hogares y centros escolares. Dejemos de educar a “campeones y princesitas” y eduquemos a personas libres, felices y con espíritu crítico, solo así conseguiremos la auténtica igualdad. 

Y para que veamos que no es tan difícil, dejamos aquí 5 sencillas conductas que, si prestamos atención y las llevamos a cabo en nuestro día a día estaremos contribuyendo, no solo de forma individual, sino probablemente también en nuestro entorno, para que se empiece a interiorizar el cambio hacia la igualdad y abandonemos el bucle del 8 de marzo:

“Educa en Libertad”

  1.   No caigas en los estereotipos, nunca, y menos si eres padre o madre. Deja que tus hijos e hijas elijan libremente sus juguetes, deportes y actividades.

¡No juzgues tú! 

  1.   Practica la sororidad, si eres mujer sé solidaria con otras mujeres y tiende tu mano siempre que sea posible.

¡Ni una más! 

  1.   No te calles, denuncia siempre las situaciones de desigualdad extrema, como la violencia o el acoso.

¡La palabra crea realidades! 

  1.   Presta atención a lo que dices. Piensa en cuántas palabras o expresiones sexistas utilizas y trata de modificarlas.

¡Reparte equitativamente!

  1.   Educa con el ejemplo. Haz de tu hogar un universo donde se compartan las tareas y el cuidado de quienes queremos.