¡Tu carrito está actualmente vacío!
Interdependencia en la pareja: seis claves
¿Cómo vives la relación de pareja y, sobretodo, como te gustaría que fuera?
¿Estás satisfecho con ella? ¿Sientes que está rodeada de armonía o tienes la impresión que no hay equilibrio entre lo que das y lo que recibes?
Recuerdo las palabras de una coachee (cliente) que, durante una sesión de coaching, compartió conmigo su visión y su descubrimiento acerca de su propia relación de pareja. Ella, una mujer de 45 años, siempre había pensado que la única forma de vivir su relación era desde la dependencia, desde la renuncia del propio espacio para dedicarse exclusivamente al marido. Esta visión le había generado un estado de inseguridad grande, hasta el punto de creer que su felicidad dependía completamente de él.
Existen parejas que viven su relación de esta forma, en un estado recíproco de DEPENDENCIA, olvidándose de sí mismos y de su propia individualidad, dejando desvanecer su propia personalidad en el espacio común. De esta manera fácilmente dejan al lado sus propios intereses personales, sus amistades, sus pasiones, para dedicar tiempo sólo a los nuevos intereses compartidos. Estas personas se olvidan completamente de sí mismos y se proyectan en la personalidad de su pareja.
Por otro lado, otras personas en pareja dedican mucho tiempo y energía a sus propias cosas, cada uno es muy celoso de sus espacios y ven la dependencia emocional como una amenaza, como una enemiga de la cual es necesario defenderse, así que alimentan su INDEPENDENCIA más que su relación sentimental.
Yo misma he pasado muchísimo tiempo buscando un equilibrio entre estos dos estados, la dependencia y la independencia, luchando contra mi natural tendencia por hacer de mi pareja el centro de mi universo y con el fuerte deseo de independencia y de libertad.
Ha sido un conflicto interior que me ha tenido mareada durante una larga temporada hasta que, durante mi formación en coaching personal, escuche por primera vez la palabra INTERDEPENDENCIA.
Pero ¿qué significa exactamente?
Significa crear un nuevo espacio, un nuevo hogar donde los dos miembros de la pareja eligen compartir la felicidad y la armonía que cada uno ya tiene previamente. Es un espacio donde enriquecerse el uno al lado del otro, donde apoyarse y construir algo nuevo, auténtico: un espacio compartido que, sin embargo, no anula el espacio personal.
Las PAREJAS INTERDEPENDIENTES son las que siguen dedicando tiempo a sus aficiones y que son capaces de cubrir, cada uno por su cuenta, sus propias necesidades. Siguen disfrutando de sus amigos y del “mundo” del que llegaron antes de juntarse.
La relación de pareja interdependiente les fortalece aún más porque se apoyan mutuamente para realizar sus sueños y lograr sus objetivos. La relación sentimental es, al fin y al cabo, la guindilla arriba de la tarta, pero no la tarta entera.
Cuando vivimos en la dependencia nos centramos en el TÚ, en la independencia lo hacemos en el YO, y en ambos casos se crean conflictos.
Cuando nos centramos demasiado en el otro nos olvidamos de una clave muy importante: la felicidad no viene desde fuera sino que hay que buscarla dentro de nosotros mismos. Porque cuando entregamos al otro la responsabilidad de hacernos felices, entonces nos trasformamos en VÍCTIMAS.
Desde este momento, cuando nuestra pareja no cumple con nuestras expectativas, empezamos a acumular resentimiento hacía ella. Entonces nos enfadamos, le echamos la culpa de nuestra insatisfacción y alimentamos conflictos que nos alejan el uno del otro.
Además, el resentimiento que vamos alimentando genera un fuerte sentimiento de culpa, y la culpa retroalimenta el hábito de centrarnos de manera exagerada en el otro. Se crea así una espiral que nos hace sentir infelices, enfadados y solos.
¡La buena noticia es que la espiral se puede romper!
¿Cómo? Cultivando la interdependencia, retomando la responsabilidad de nuestra vida y de nuestra felicidad y dejando de vivir desde el victimismo.
Creo firmemente que ser felices es una elección y el resultado de un entrenamiento constante. Ser felices en la relación de pareja no es nada más que una consecuencia del haber aprendido a serlo solos. Por eso, te dejo unas claves para romper esta espiral y para vivir tu relación desde la interdependencia.
- COMPRENDE lo que está pasando. Toma consciencia si te estás centrando demasiado en el otro y muy poco en ti. Y si es así retoma contacto contigo mismo. Identifica todo lo que que has dejado apartado en una esquina y que realmente te gustaría reincorporar en tu vida diaria. Haz una lista de lo que te llenaba de ilusión y que ya no haces, o de cosas nuevas que te encantaría hacer pero siempre has procrastinado o pospuesto para no quitar tiempo a tu pareja. ¿Tienes la lista ya? ¡Perfecto! Ahora incorpóralas en tu vida poquito a poco, de manera equilibrada.
- ACEPTA lo que ha pasado hasta ahora. No significa resignarse sino simplemente aceptar para poder cambiar. Porque cuando no quiero aceptar algo significa que no lo quiero ver y estoy actuando como los avestruces, escondiendo la cabeza debajo de la arena. Y si no veo lo que hay tampoco puedo hacer nada para mejorarlo.
- PERDÓNATE porque todo lo que has hecho hasta ahora lo has hecho de la mejor forma que has podido, con los recursos que tenías. Esto vale también para tu pareja: perdónale, porque también está aprendiendo. ¿Cuántas veces nos enfadamos por recaer en los mismos errores de siempre? Gastamos mucha energía castigándonos con pensamientos destructivos cuando podríamos ser comprensivos y compasivos sobre todo con nosotros mismos.
- COMPROMÉTETE contigo mismo y con tu pareja para cambiar la actitud. Pídele ayuda si crees que esto puede apoyarte, explícale lo que sientes y que estás deseando tener una relación de pareja más sana y de mejor calidad. Pregúntate: ¿qué es lo que puedo hacer para tener una actitud diferente en mi relación de pareja y para disfrutar más de ella? ¿Qué hábitos tendría una persona que vive su relación desde la interdependencia?
- SÉ ASERTIVO, respeta a tu pareja y respétate, y aprende a decir que NO cuando crees que es oportuno hacerlo. Diciendo siempre que SÍ no te estás respetando, sino que estás alimentando un resentimiento que antes o después te hará explotar. Ser asertivo te apoyará a ser más auténtico y te hará sentir mejor contigo mismo y entonces con los demás.
- SÉ PROACTIVO. Ahora que ya sabes qué es lo que quieres cambiar y cuáles son las situaciones que te afectan, ¡a por ello! Una persona proactiva no reacciona solo en el momento en que le pasa algo, sino que asume el control de su vida de manera activa. Es decir, ya ha tomado en cuenta la posibilidad de que pasara ese “algo” y se ha preparado previamente para evitar que pase o para gestionarlo más fácilmente cuando pasa.
Te doy un ejemplo: si sabes que hablar de cuestiones importantes con tu pareja cuando estáis cansados puede generar una pelea, entonces se proactivo: evita hacerlo cuando llegáis a casa después de un largo día de trabajo, y aprovecha ese tiempo para hacer algo diferente que pueda recargarte las pilas y que sea una ocasión de unión y no de separación (salir con tu pareja a dar un paseo, ir al cine, tomar un helado…). ¡Feliz interdependencia!
Si estás interesado y quieres recibir más desde este blog suscríbete pinchando aquí. Consulta nuestros eventos sobre coaching e inteligencia emocional aquí. Las fotos usadas en este post son imágenes de Pexels.