La Responsabilidad Social con propósito es más eficiente
La Responsabilidad Social Corporativa funciona mejor cuando la organización define un propósito social. Es así.
Antes de concluir que con propósito social la RSC es más eficiente, me gustaría que me acompañaras a extraer una definición propia de la Responsabilidad Social Corporativa. Para hacerlo tenemos que buscar otras definiciones que nos permitan destilar la “esencia”. Yo comparto aquí las que me han resonado. Resonar es ese concepto que usamos en coaching y que no es otra cosa que lo que pasa cuando algo te provoca una sensación, buena o mala, en parte porque te identificas.
En la web de Cruz Roja nos encontramos que “La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) o Empresarial (RSE) trata el compromiso de la empresa con el contexto que le rodea, compromiso que parte de la consciencia de las consecuencias de su actividad, tanto positivas como negativas.” A mí me gusta. Es clara y plantea fundamentar la responsabilidad social en algo muy potente: la conciencia. Tomar conciencia es conocerte tú, y conocer cómo influyes tú en lo que te rodea y en los que te rodean.
Avanzamos. Dice en su web Forética, la asociación de empresas y profesionales de la RSE líder en España, que «La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) es el fenómeno voluntario que busca conciliar el crecimiento y la competitividad, integrando al mismo tiempo el compromiso con el desarrollo social y la mejora del medio ambiente». También es una definición clara y muy de empresa. Tal como yo la leo me transmite que no vale todo para ganar dinero. Para mi gusto tiene un aroma económico que desestabiliza la balanza de triple bandeja en detrimento de lo social y lo ambiental.
En la Universidad de Barcelona encontramos esto: «En La Responsabilidad Social en las Universidades Españolas, elaborado por la Universidad de Burgos, se considera que «el término responsabilidad social hace referencia a las obligaciones y compromisos, legales y éticos, tanto nacionales como internacionales, que provienen de los impactos que producen las organizaciones en el ámbito social, laboral, medioambiental y de los derechos humanos». Me parece la más formal. Se sale de la triple medida y obvia lo económico en la definición básica del concepto, supongo que por la naturaleza no económica de las instituciones que han impulsado esta definición. En cualquier caso, me parece que las organizaciones sin ánimo de lucro también deben tener en cuenta el pilar económico de la RSC. ¿Acaso no gestionan presupuestos públicos o privados, contratos, compras, e incluso ventas?
¿Vamos a Wikipedia? Venga, sí. Esta enciclopedia colectiva primero te avisa de que el artículo necesita una revisión de ortografía y gramática y propone que lo hagas con tu corrector ortográfico (me encanta Wikipedia) y dice: “La responsabilidad social corporativa (RSC) también llamada responsabilidad social empresarial (RSE), se define como la contribución activa y voluntaria al mejoramiento social, económico y ambiental por parte de las empresas, generalmente con el objetivo de mejorar su situación competitiva, valorativa y su valor añadido.” Me encanta, porque introduce claramente el interés con el que la empresa o institución aborda la RSC, esto es, lo hace porque obtiene un retorno directo. Y así debe ser. Estoy de acuerdo con todos los que dicen que las empresas no son ONG. Pues claro que no. Deben ganar dinero, y también creo que están obligadas a tener en cuenta las consecuencias de las actividades que desarrollan para ganar dinero.
Un poquito más. Acudamos a Madre Europa. En el Libro Verde en el que la Comisión Europea planteó en 2001 el objetivo de fomentar un marco común para la responsabilidad social de las empresas se dice que «La RSE es, esencialmente, un concepto con arreglo al cual las empresas deciden voluntariamente contribuir al logro de una sociedad mejor y un medio ambiente más limpio». Demasiado generalista y algo tántrico en mi opinión.
Una definición más: la propia
Miremos las coincidencias y las singularidades de cada una para identificar la esencia y generar nuestra propia definición:
- Conciencia de la consecuencias de la actividad, positivas y negativas
- Cumplimiento legal y compromiso voluntario
- Contribución equilibrada de triple impacto para la mejora o desarrollo económico, social y ambiental.
- Por interés propio de futuro de la organización que lo impulsa
Quedaría algo así nuestra definición. «La Responsabilidad Social Corporativa es una herramienta de gestión con la que las organizaciones toman conciencia de las consecuencias positivas y negativas que tiene su actividad, garantizan el cumplimiento legal de sus obligaciones y se comprometen de forma voluntaria con la mejora de sus resultados económicos, sociales y ambientales como estrategia de crecimiento y futuro de la propia organización».
RSC con propósito social
Para mí, el método más efectivo de hacer realidad esta definición que acabamos de conseguir, es acompañar a las empresas o instituciones a definir su propósito social, su “para qué”, esa razón superior y diferente a la de ganar dinero por la que trabajar cada día.
Profesionalmente sé lo que significa ponerse delante de un directivo y decirle: “Tu meta no puede ser ya ganar dinero, ¿para qué trabajas?” No suelen escuchar la pregunta porque lo que la mayoría oye de mis labios es “no vas a ganar dinero”. Y resulta que es todo lo contrario.
Cuando una organización define su propósito social y se orienta de forma honesta a obtener resultados en ese objetivo se produce un gran cambio. Le da la posibilidad de generar potentes aliados especialmente dentro de su estructura. Compartir propósito y valores con la plantilla potencia la efectividad de los equipos, mejora las relaciones, fomenta la aportación de los trabajadores y genera “apóstoles” muy rentables en todos los sentidos para la organización.
También fuera ocurre algo parecido. La sinceridad y el trabajo bien dirigido a obtener resultados positivos en el propósito social brinda a la organización muchas alternativas y posibilidades de sinergias con sus públicos de interés, con todos. Y eso dispara y mejora rápidamente la imagen social, las relaciones externas y la reputación de la organización.
Ya sólo le quedaría cumplir la ley laboral y la ley ambiental, como mínimo, para tener una RSC adecuada y eficiente.
Así que cuando todo fluye en la empresa, lo de ganar dinero es una consecuencia muy satisfactoria que, entre otras cosas, sirve para mantener engrasada la RSC y el propósito social que la sostiene.
Ahora si te animas, que ya sé que me he pasado de largo, relee el post y donde veas empresa, organización o institución pon tu nombre. Ya verás que chulo. ¿Las personas deberían también tener RSC? ¿Cuál es tu propósito social?