Tomar conciencia es multiplicar alternativas

Tomar conciencia es multiplicar alternativas. Seguro. Y las personas con más alternativas, tienen más posibilidades. Eso es así. Sobre todo en comunicación. Porque el nivel de conciencia va en íntima relación a la capacidad de ver con amplitud y diversidad tu interior, y por tanto amplifica y mejora la capacidad para ver con amplitud y diversidad lo que te rodea.

Comunicarnos es una vieja habilidad, innata e inevitable, que compartimos con el reino animal e incluso el vegetal. Todo ser vivo sobre este planeta se comunica de una u otra forma, consciente o inconscientemente. Esa es la fantástica diferencia: la conciencia. Y una vez llegados a este punto, lo más interesante es ver en qué nivel de conciencia nos comunicamos, y sobre todo, en qué nivel de conciencia entendemos a los demás.

Partamos de lo que me encanta hacer a veces. Acudir a la Real Academia Española de la Lengua, esa misma a la que le cabe almóndiga, y definamos conciencia.

Dice la RAE que conciencia es la “Propiedad del espíritu humano de reconocerse en sus atributos esenciales y en todas las modificaciones que en sí mismo experimenta”. Bien. Avanzando en la propia RAE, me gusta mucho más la definición de consciencia, que en principio define como sinónimo de conciencia, y que sin embargo tiene un matiz especial con el que me quedo para esta reflexión. Consciencia es la “Capacidad de los seres humanos de verse y reconocerse a sí mismos y de juzgar sobre esa visión y reconocimiento”.

consciencia

Verse y reconocerse. Juzgarnos a nosotros mismos. Reconocer nuestros atributos esenciales e identificar las modificaciones que experimentamos. Eso es identificar, ser capaces de sentir y entender, entre otras cosas, nuestras emociones, y vivirlas para que nos ayuden a avanzar. ¡Toma ya! Resulta que eso es la inteligencia emocional.

Mucho mejor le iría a este mundo si las personas se preocuparan por elevar su nivel de conciencia y se comunicaran desde esa sabiduría humilde que da observar y entender en tu propio interior. ¿Por qué no se exige esto los colegios e institutos? ¿Por qué se preocupan más, que no lo suficiente, de la inteligencia racional en la educación de los que se forman hoy para gobernar nuestro propio futuro?

Lo he experimentado, y lo disfruto cada día. Tomar conciencia es multiplicar alternativas, y las personas con más alternativas tienen más posibilidades. Sobre todo en comunicación. Porque nada te es ajeno cuando tienes abiertos los ojos no solo para mirar, y porque es más fácil pensar de mil formas diferentes cuando cualquiera, cualquier detalle, te enriquece.

Prueben a juzgar dentro antes de juzgar fuera. Verán que interesante es la experiencia. ¿Te atreves?