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Cómo cuidar y mantener tu energía vital con inteligencia emocional
¿Alguna vez te has sentido abrumado o abrumada por el trabajo, lleno o llena de estrés, y tu reacción ha sido dedicarle aún más horas? Esa no es una estrategia eficaz ni inteligente. Gestionar tu energía vital es clave para evitar el agotamiento y mantener un equilibrio saludable en tu vida. Pero, ¿sabes cómo recargarte? Si tu respuesta es no, es posible que estés viviendo en un constante estado de urgencia y estrés. Es fundamental aprender a recargar nuestra energía para evitar problemas de salud graves. Puedes empezar por reconocer y aceptar que no tienes superpoderes…
¿Qué es la energía vital?
Cuando hablamos de gestionar la energía vital, no solo nos referimos a la gestión del tiempo o de las tareas. La energía vital es la fuerza que necesitamos para hacer cosas, relacionarnos y, en definitiva, vivir. Imagina tu energía como una batería recargable: cuando la vida nos abruma, tendemos a trabajar más horas en lugar de tomarnos un respiro. Esto puede llevarnos al agotamiento físico, mental y emocional, y a quedarte sin pilas.
La importancia de recargar
Para evitar llegar a ese punto extremo, es crucial reaccionar a tiempo y cambiar nuestros hábitos para automatizar las recargas de energía. Y no quieras hacerlo de un día para otro, ¿o tú eres capaz de correr una hora completa desde el primer día que decides hacerte runner? Debes prepararte para cumplir con una de las máximas de la inteligencia emocional: cuídate a ti para poder cuidar de las demás personas.
Ingredientes básicos para gestionar la energía
Conciencia
El primer ingrediente es tomar conciencia de tus posibilidades y limitaciones, y aceptarlas. Esto te permite decidir cuidarte sin culpa, antes de que la falta de energía se convierta en un problema. Este autoconocimiento es la base de tu inteligencia emocional. ¿Te conoces a ti mismo o a ti misma?
Amor propio
Rompe la creencia de que el amor propio es egoísta. Cambia la perspectiva: cuidarte y priorizarte también es importante para quienes te rodean, porque si tú no estás bien, difícilmente podrás ayudarles.
Optimismo realista
Considera el tiempo y los recursos que tienes de forma realista, sí, pero viendo el vaso medio lleno… Sé optimistamente realista al calcular tu tiempo y repártelo adecuadamente, sin olvidarte de ti y de tu batería.
Las conductas que te sugiero
1. Cuida de ti como aconsejas a otras personas que lo hagan
Comer sano, dormir lo suficiente y hacer ejercicio son aspectos fundamentales para mantener la salud. El ejercicio libera neurotransmisores como la endorfina, dopamina y serotonina, que te recargan de energía. Trabaja el pensamiento positivo y haz más frecuentemente lo que te apasiona, aunque sea una vez al mes.
2. Organízate y diferencia lo importante de lo urgente
Perdemos mucha energía procrastinando tareas que creemos difíciles o que nos obligan a interactuar con personas que nos desequilibran. Identifica tus “tareas basura” y los ladrones de energía para evitarlos. Reconoce tus horas más productivas para aprovecharlas. Diferencia entre lo urgente y lo importante, y prioriza en consecuencia.
3. Escucha tu cuerpo y programa descansos
Tu cuerpo es un gran mensajero. Atiende todas las señales que te envía, como picores, leves dolores de cabeza o tensiones musculares. Son valiosos mensajes. Cada 2 o 3 horas, date un respiro de 15-20 minutos: deja de mirar la pantalla, da un paseo, respira. Desconectar mejora tu creatividad, tu productividad y tu salud.
4. Identifica y actúa contra lo que desequilibra tu inteligencia emocional
Evita los desagües de energía. Si no puedes, utiliza la inteligencia emocional para ser menos vulnerable. Personas tóxicas, pensamientos negativos, autoexigencia desproporcionada, intolerancia a la presión, inflexibilidad y resistencia al cambio son factores que pueden desequilibrarte. Identifícalos y actúa para protegerte.
En resumen…
Gestionar tu energía vital es fundamental para mantener un equilibrio saludable en tu vida personal y profesional. La autoconciencia, el amor propio y el optimismo realista son claves para evitar el agotamiento emocional.
Adopta conductas que te recarguen y cuida de ti mismo o de ti misma como lo harías con otras personas incluso menos importantes para ti que tú.
Escucha a tu cuerpo, organiza tu tiempo y actúa contra lo que te desequilibra emocionalmente. Recuerda, la inteligencia emocional es la mejor herramienta para gestionar tu energía y vivir de manera más plena y saludable. Y no hay inteligencia emocional sin acción.