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Empresas felices, empresas rentables
La felicidad se ha convertido en un valor intangible fundamental de cualquier organización, más valioso a medida que la experiencia constata cómo las empresas felices tienen más probabilidades de ser empresas rentables.
Justo este mes ha sido noticia la primera empresa española en implantar la jornada laboral de cuatro días. Es de Jaén, se llama Software DELSOL y sus responsables no se han vuelto locos. Están probando con hechos lo que ya nadie duda: las personas somos más productivas cuando nos sentimos bien. Nuestra más sincera enhorabuena a los compañeros de Software DELSOL por abrir un camino que seguro otros van a ir recorriendo.
Ya hay muchas investigaciones y pruebas que demuestran los efectos positivos de gestionar con el foco puesto en las personas. Lo primero que hacen los trabajadores felices es mejorar el clima laboral. Hay otros beneficios como el aumento de la productividad, la mejor calidad del servicio a los clientes, el mayor compromiso de los empleados y un aumento de la confianza en la organización y entre las personas que la componen. Pero aún hay más, porque tener trabajadores felices ahorra dinero ya que reduce el absentismo laboral, la rotación y la accidentabilidad.
Dar valor para recibir valor
Hay mucho trabajo, y mucha visión detrás de una decisión como la que ha tomado Software DELSOL. Esa conciliación familiar y personal que posibilita una jornada de cuatro días es la punta del iceberg, una de las muchas propuestas de valor que una empresa puede brindar a sus trabajadores y trabajadoras.
Si estás empezando a ver posibilidades en tu propia empresa, es importante no caer en los estereotipos de la felicidad, y tener claro que la felicidad del trabajador no es exactamente la felicidad de la empresa. De hecho, no nos hacen felices las mismas cosas en nuestro rol personal que en el profesional.
En el trabajo, la felicidad es la percepción individual y subjetiva que tiene cada empleado o empleada de tres aspectos básicos de la gestión de personas más tradicional:
- De si su puesto es seguro y saludable
- De si puede crecer y progresar en la empresa
- Y de si lo que hace, y con quien lo hace, le satisface
Mirado así, no hace falta ser un genio creativo para identificar qué podemos hacer, además de cumplir la ley, en cada uno de esos aspectos para conseguir el objetivo de la felicidad de la organización.
Las principales herramientas para trabajar esos tres ejes las tienen ya las empresas y son: un adecuado estilo directivo o liderazgo, una buena y activa comunicación interna y una cuidada gestión de los procesos de trabajo y de los equipos.
La felicidad de la organización no es la felicidad de los trabajadores, pero la felicidad de los trabajadores sí hace posible la felicidad de la organización. Y una organización feliz es capaz de sacar lo mejor de sus personas, capaz de hacerles saber lo que importan y lo que aportan.
Y además, las empresas felices son más sostenibles, y construyen una sociedad más humana y consciente. Necesitamos empresas éticas que apuesten por la gestión de su Responsabilidad Social Corporativa (RSC), esa que empieza en el compromiso con su propia gente.
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