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Gestión de la convivencia: el reto del IES Rodríguez Estrada
La semana pasada tuve la suerte de participar con CpC en un proyecto de esos que te hacen volver a creer en el ser humano y en la idea de que el cambio es posible. Os cuento un proyecto de Gestión de la convivencia: el reto del IES Rodríguez Estrada.
Una de las ideas que compartimos todas las componentes de CpC, y que tratamos de transmitir en nuestro trabajo, es que el CAMBIO es posible. Un cambio de paradigma y de forma de entender y posicionarnos en el mundo que nos lleve hacia la prosperidad y el bienestar global y no hacia el caos en el que parece que estamos sumidos en los últimos tiempos.
Pero os confieso que a veces mi fe flaquea y siento que vamos a la deriva en un mundo individualista y egoísta que solo lucha por el bienestar individual y le resbala el bien común; sé que suena muy tremendista pero es la sensación que me invade ante determinadas noticias.
Afortunadamente en estos momentos de incredulidad se producen esas causalidades de la vida que me llevan conocer y participar en proyectos tan apasionantes y esperanzadores como este del IES Rodríguez Estrada de San Juan del Puerto, en Huelva.
En él han creado una red de “ayudantes”, formada y elegida por los propios alumnos. Estos “ayudantes” están disponibles para facilitar la gestión de la convivencia, es decir, para apoyar a aquellos compañeros que estén pasando por un momento difícil, que tengan algún conflicto con otros compañeros que no saben resolver, están atentos a conductas de acoso escolar para poder dar la señal de alarma y tomar las medidas más adecuadas, etc.
Es un proyecto que nos ha cautivado desde el principio porque nos parece fundamental que los alumnos sean el motor del cambio, que lo vivan en primera persona y que se produzca un contagio positivo entre ellos.
Pero si la idea es buena, verlos participar en el taller fue un regalazo. Nuestra propuesta fue trabajar con el grupo la gestión de la convivencia desde la Inteligencia Emocional, aportando herramientas que ellos pudieran utilizar en su día a día como “ayudantes” y, también, en su día a día como alumnos.
Y lo que nos encontramos fue un grupo de unas 40 chicas y chicos con una gran sensibilidad y una gran implicación en el proyecto. Desde el minuto uno pusieron toda la carne en el asador y participaron en todas las dinámicas que les fuimos proponiendo, por muy raras o difíciles que les pudieran resultar en un primer momento.
¿Cómo trabajamos la gestión de la convivencia?
– Identificaron algunos de sus miedos y de sus creencias limitantes.
– Experimentaron la confianza en uno mismo y en el otro.
– La escucha propia y de los compañeros.
– La importancia de la cooperación a la hora de conseguir objetivos.
– Establecieron nuevos vínculos, ampliaron su red de apoyo.
– Conocieron nuevas herramientas de gestión de la convivencia.
– Cambiaron su forma de mirar…
Se atrevieron, lo vivieron y lo integraron en su ser, siendo capaces de regalarnos unas reflexiones cargadas de inteligencia emocional y humanidad, como hacía tiempo que no veía en chicos y chicas de esa edad.
Esto es lo que me devuelve la ESPERANZA, ver que todavía hay personas implicadas que creen que la educación es el pilar fundamental de nuestro futuro, que creen en la ayuda, la asertividad, la inteligencia emocional o el respeto…como valores fundamentales de las nuevas generaciones, para una buena gestión de la convivencia, para hacer de nuestro mundo un lugar en el que todos podamos convivir desde la armonía, la comprensión y la aceptación.
Gracias al equipo educativo del IES Rodríguez Estrada por mostrarnos que SÍ es posible, y a tantos maestros y educadores que realizan acciones similares, ya que vuestra labor es el principio del cambio.
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