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Los 4 tesoros del coaching grupal
Para encontrar los 4 tesoros del coaching grupal, primero hay que bucear un poquito en el coaching.
El coaching es una relación que establecen un o una coach y su cliente o coachee cuyo objetivo es facilitar la meta que se propone la persona mediante una poderosa herramienta de crecimiento que es la toma de conciencia. Cuando esta relación se construye en el marco de sesiones grupales, la fuerza del grupo enriquece enormemente el proceso.
Podríamos extendernos en numerosas teorías de la psicología humanista, de la comunicación sistémica o de la sociología por ejemplo para documentar esta afirmación, y aun así no habría mejor forma de comprobarla que experimentar esa realidad física y emocional que nos une a todas las personas en una repercusión imposible de evitar. Nos repercutimos queramos o no.
¿Por qué no es lo mismo escuchar el CD de tu grupo favorito de música que disfrutarlos en concierto? ¿Por qué experimentamos un alto nivel de satisfacción cuando participamos en una manifestación o cualquier otra forma de expresión social en la que nos unimos a cientos o miles de personas? ¿Por qué nos consuela sentirnos identificados? ¿Por qué nos gusta pertenecer a tantos grupos?
Los beneficios que encontramos en el grupo nos permite entender por qué las sesiones de coaching grupal tienen momentos muy enriquecedores. Son los tesoros del coaching en grupo.
Me entiendo en ti
Ya sea porque nos sentimos identificados con otra u otras personas del grupo, ya sea porque lo que nos cuenta nos sorprende y nos aporta luz en nuestras relaciones, lo cierto es que escuchar diferentes puntos de vista en primera persona nos facilita entendernos a nosotras o nosotros mismos y rebajar nuestro nivel de exigencia con el mundo. Es el llamado efecto espejo que se da entre individuos que, así, se apoyan eficazmente.
No soy un ser tan raro
Constatar que nuestros frenos, nuestras preocupaciones, nuestros anhelos o nuestros miedos son compartidos por otras personas nos facilita mucho iniciar el casi siempre incómodo proceso de cambio hacia el logro que perseguimos. Compartir el camino te hace más fuerte, y la tendencia natural a ayudar a otras personas suscita en ti capacidades extraordinarias que, en ese mismo momento, también puedes dirigir a tu propia persona.
Somos energía
Todos los seres vivos somos impulsos eléctricos y campos electromagnéticos que nos repercutimos físicamente. Nuestras emociones se contagian. Los grupos son una prueba de esta evidencia biológica. Si el objetivo del grupo es común y está focalizado en el crecimiento personal de sus miembros, a veces sólo en necesario dejarse llevar por esa energía colectiva. Y cuando todos los miembros aportan, se provocan situaciones muy gratificantes de sostén emocional colectivo que facilita mucho el trabajo individual.
Encuentro seguridad, doy confianza
El cobijo del grupo, cuando se logra crear un ambiente de respeto profundo, te da seguridad y ésta es la que te permite ofrecer tu confianza. Y la confianza es el mayor acelerador de resultados. Porque sin confianza no hay relación, tampoco contigo misma o contigo mismo, y sin relación no hay cambio.
El hombre es un animal social. Ya lo destacó en sus estudios sobre motivación humana el psicólogo estadounidense Abraham Maslow al desarrollar su famosa jerarquía de necesidades. Una vez satisfechas las necesidades fisiológicas y de seguridad, la necesidad de pertenencia es una de las que ha marcado la evolución de la especie humana a nivel sociológico. Es el concepto de la tribu, ese al que ninguno de nosotros escapa.
Te invito a que aproveches la fuerza de los grupos a los que ya perteneces, empezando por tu propia familia, en la que debes incluir a esos buenos amigos. ¿Qué quieres conseguir? ¿Ellos y ellas lo saben?
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