Los deseos sí se cumplen y cómo conseguirlos

No es optimismo del barato, ni vacío: los deseos sí se cumplen cuando ponemos a nuestros sueños fechas y tareas, y las cumplimos. Así es como se consiguen. Si además estamos pendientes de no caer hábitos con doble filo, tendremos más probabilidades de éxito, bien entendido, ese que significa conseguir lo que se quiere.

Llega el último día del año y nos ponemos en modo revisión. A veces con cariño, otras dándonos mucha caña. Sea como sea, en ocasiones nos olvidamos de lo más importante: la acción. Y en vez de pensar en tareas realistas que nos acerquen a lo que deseamos, nos ponemos en modo comodón y esperamos a que nos toque la lotería. Pero la lotería no le toca a tanta gente.

¿Cómo me pongo en acción hacia mis sueños?

Teniendo en cuenta que los deseos sí se cumplen, la respuesta es simple: haciendo. Ya, me diréis, ¡qué fácil es decirlo! Pero lo que hoy queremos compartir no es el qué, sino el cómo: ¿cómo hago lo que tengo que hacer?

Empieza por estar atento o atenta a los hábitos de doble filo que te pueden llegar a frenar en el camino a tus sueños, recordando estas cuatro recomendaciones:

 

  • Sé realista, que no pesimista

No tienes súper-poderes. Otra vez siento sacarte de la ilusión. Así que el primer hábito a romper, si te atrapas en él, es el de creer que puedes con todo. No puedes.

Es importante ser consciente del tiempo real que tenemos, y repartirlo de forma equilibrada, sin olvidarnos de nosotros mismos. Porque decir que sí a todo no es productivo, sobre todo si haciéndolo te estás diciendo que no a ti todo el tiempo.

 

  • Revisa permanentemente la importancia y la urgencia de todo

Estar ocupado engancha. Mientras estamos haciendo cosas nos sentimos bien. El problema surge cuando empezamos a posponer tareas importantes porque nos llevan más tiempo o requieren más atención y en su lugar hacemos otras mil cosas que no te tocan o que son más automáticas como limpiar el spam, organizar el cajón o tirar papeles.

Con el pensamiento aparentemente inocuo de “cuanto antes lo haga…” vestimos de urgencias tareas que ni son urgentes ni son importantes. Así hay personas que viven ocupadísimas.

Dos preguntas para dar luz a este camino: ¿qué pasa si no lo hago yo? ¿qué pasa si no lo hago ahora?

 

  • No lo haces todo perfecto, ni falta que hace

Ser muy perfeccionista puede llegar a frenarte o incluso a paralizarte. Primero, porque no vas a ver a nadie como un apoyo válido y, lo más importante, porque va a ser una fuente de autocrítica desequilibrada que te va a impedir avanzar: ¡nada está suficientemente bien!

Maneja bien tus expectativas, tanto sobre ti como sobre los demás, y no pierdas de vista lo importante que son los errores para aprender, así que no te cierres a ellos.  

 

  • Mantén tus objetivos claros

Para eso evita perderte en los detalles y no quites demasiado tiempo la vista del horizonte donde está tu objetivo. Porque los deseos sí se cumplen. Así, por muchas paradas técnicas que el guion de la vida te obligue a hacer, o por largo y pesado que se te haga el camino, nunca podrás olvidar el motivo que impulsa tus pasos. ¡A por el año 2019!

 

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|Fotografía principal: Daria Nepriakhina en Unsplash|