Planifica tus vacaciones o… ¡no te quejes!

Para algunos ya han pasado o están inmersos en ellas y para otros están llegando las ansiadas vacaciones de verano del mundo laboral. Son ese periodo de disfrute con el que solemos tener altísimas expectativas. Bueno, hablo en general, claro. Luego estamos los autónomos, los empresarios, los parados, y algún otro perfil profesional que lo tiene un poco más complicado a la hora de gestionar la agenda, incluida la agenda de verano. Sea cual sea tu perfil, hay algo común a todos para asegurar el éxito de las vacaciones, independientemente de lo aseguradas en el calendario que las tengas o de la duración de las mismas: el secreto del éxito es la planificación. Planifica tus vacaciones.

Y es que sin planificación lo más normal que te puede pasar es que termines haciendo “lo de siempre” o “lo que quedaba”, eso sí, acallando los remordimientos de conciencia y cierta frustración con un “yo lo único que quería era descansar y no hacer nada”. Yo misma me he visto en esa situación muchas veces.

Hay personas a las que nos cuesta más que a otras pensar en qué hacer a unos meses o semanas vistas. Y eso es un error muy grande, porque cuanto más vivo más cuenta me doy de una cosa: el secreto para tomar las riendas de mi vida radica en ser capaz de planificar.

No me digas que nunca te ha pasado eso de no querer tomar decisiones adelantadas sobre qué día irte, o dónde o con quién irte, por si acaso, porque tú qué sabes, no vaya a ser que… Y llega el día y te ves viendo una película en casa, arrastrado de nuevo por la rutina del día a día. A veces parece que pensamos que las cosas sucederán solas, que las oportunidades van a venir a llamarte a casa. Lo siento pero no esto no suele pasar. Insisto: el secreto para tomar las riendas de tu vida es la planificación. Lo bonito de esto es que ese secreto funciona para las vacaciones y para cualquier otra cosa que te propongas.

¿Cómo se planifica?

Ya verás como cuando leas lo que vas a leer ahora mismo vas a decir: ¡vaya obviedad! Pues sí. Aun así, lo escribo. Lo primero que debes preguntarte y responderte es una pregunta simple pero bastante complicada: ¿qué quieres? Esto es la mitad del camino de la planificación y el primer paso indispensable. Sí, lo sé, lo sabías. Lo que pasa es que no siempre nos paramos a identificarlo y tomar una decisión.

Decía Séneca algo que usamos muchas veces en los talleres formativos de CpC, sobre todo los de Inteligencia Emocional: No hay viento favorable para el barco que no sabe adónde va. Pues eso: ¿sabes dónde quieres ir?

Ahora supongamos que ya tenemos una dirección para el barco, que ya sabemos dónde queremos llegar. ¿Hay varios? Genial. Viene otra pregunta igual de simple y no siempre fácil, ¿por cuál vas a empezar?

Yo te recomendaría empezar por lo más fácil, lo más accesible o si quieres lo que más te motive, porque sobre todo se trata de dar el primer paso, asegurarte de que haces lo que dices que vas a hacer, o sea, planificar y cumplir lo que planificas. Ni más ni menos.

Planifica tu ocio en 4 pasos

  1. Haz una lista de deseos, como si fuera una carta a los Reyes Magos. Sin limitaciones, sin pragmatismo, sin condiciones. Simplemente apunta tus deseos, esas cosas que quieres conseguir, esos sitios que quieres conocer, esas actividades que deseas experimentar. Haz una lista larga, y no la pierdas, incluso puedes ir enriqueciéndola cada vez que se te ocurra algo que añadir.
  2. Convierte uno de los deseos, o varios, en objetivos. Para hacerlo sólo tienes que decidirte por alguno, eso sí, con cierta dosis de realismo ya, porque quizás quieras hacer un safari fotográfico por África, pero no tienes tantos días de vacaciones o necesitas ahorrar un poco más. No borres el safari de la lista, ni mucho menos, sólo empieza por otro de los deseos teniendo en cuenta ya tus recursos, tu disponibilidad de tiempo y tu realidad en este momento.
  3. Escribe todas las acciones que te acercan a tu objetivo. Es el momento de pararte delante de tu objetivo concreto y apuntar todo lo que se te ocurra que es necesario para conseguirlo, sin orden, sólo apunta las tareas que necesitas hacer para lograrlo. Así que si es un safari fotográfico en África algunas tareas podrían ser: buscar ofertas de empresas especializadas, comprar ropa y equipos adecuados, hablar con amigos para formar un grupo de expedición o buscar foros donde la gente hable de estas actividades en internet, informarme sobre el coste de los vuelos, mirar mi cuenta bancaria, consultar las vacunas necesarias, repasar mi equipo fotográfico… ¡Yo qué sé! Cada cual se organiza su safari como quiere. Apúntalo todo.
  4. Ordena las tareas y ponles fecha. De nuevo usa tu lógica. No vas a comprar ropa o equipos antes de confirmar lo que necesitarías, ni vas a consultar los vuelos antes de ver si alguna empresa especializada te los incluye. Ordena las tareas que te hayan salido con el sentido común en la mano, y quizás ordenándolas te salgan algunas tareas más. Apúntalas también. Es el momento de ponerles fecha, una detrás de otra, y cumplirlas claro, así que no te pongas plazos inasumibles, no te boicotees a ti mismo. Ahí está el verdadero compromiso, lo que de verdad asegura que vas a conseguir tu objetivo.

Te lo dije, es una obviedad. No se trata de inventar la rueda. Planificar es simple, pero no fácil. Eso sí, con el primer paso de hacer la lista de deseos te aseguras de que nunca más te va a ser complicado decidir qué quieres, y tampoco tendrás excusas si te atropella el tiempo sin haber pensado qué hacer. Empieza por ahí, para las vacaciones o para tu vida, y después, simplemente, planifica. ¡Suerte!

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|Fotografía principal: STIL on Unsplash|