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¿Quieres éxito en tus metas? Defínelas con inteligencia emocional
Definir metas con inteligencia emocional es encender esa chispa de motivación interna que te impulsa hacia el éxito. ¿Alguna vez te has preguntado cómo establecer metas para que puedas alcanzarlas con más facilidad? Te cuento una clave si quieres éxito en tus metas, defínelas con emoción, utiliza tu inteligencia emocional para trazar un camino claro hacia tus objetivos. Aquí te cuento cómo y las habilidades personales que te recomiendo poner en juego.
¿Qué es una meta?
Una meta es más que un simple deseo; es un resultado concreto que queremos conseguir, por el que planificamos y con el que nos comprometemos. Pueden ser grandes sueños o pequeñas tareas diarias. Lo importante es cómo nuestras emociones y percepciones influyen en la forma en que perseguimos nuestras metas.
Aquí te propongo un camino de autodescubrimiento a través de preguntas que hacerte. Es importante que tus respuestas sean honestas y basadas en una reflexión sincera. Al preguntarte a ti misma o a ti mismo, inicias un diálogo interno con una de las personas más importantes de tu vida: tú. Si necesitas inspiración, aquí tienes algunas Metas inteligentes para lograr el éxito.
Siete pasos hacia tu meta
- Define lo que quieres. Piensa en algo que deseas lograr. Puede ser a corto o largo plazo. Escríbelo y asegúrate de que sea una afirmación positiva, que se consigue evitando la palabra NO y verbos que lo sugieren como dejar, acabar, perder… Mejor que ‘dejar de fumar’, ‘vivir sin humo’. Y mejor que ‘no enfadarme’, ‘vivir con tranquilidad’, por ejemplo.
- Encuentra el ‘Para Qué’ de tu meta. Profundiza en tus motivaciones. ¿Qué lograrás con esta meta? ¿Qué cambiará en tu vida? Escribe tus pensamientos para aclarar tus motivaciones, que escribiendo nos hacemos menos trampas que solo pensando.
- Planifica el ‘Cómo’. Imagina todas las formas posibles de alcanzar tu meta. No te limites por lo que crees realista, simplemente anota tus ideas. No es tiempo de ordenarlas, es tiempo de inspirarte.
- Establece un ‘Cuándo’. Aquí está la ‘madre del cordero’. Determina un plazo realista, pero desafiante, para lograr tu objetivo. Y no te olvides de ser amable contigo en este proceso. No te lo pongas demasiado difícil, ni demasiado fácil.
- Resume tu meta. Crea una frase motivadora que resuma tu meta y tus razones para perseguirla, e incluso escríbela en algún sitio donde verla te motive.
- Elabora una lista de tareas. Es momento de echarle un poco de pragmatismo al proceso. Basándote en los métodos que has anotado cuando te inspirabas, escribe tareas concretas y más realistas. No te preocupes por el orden todavía, solo anota todo lo que se te ocurra. Todo, todo.
- Ya tienes la lista de tareas. Ahora comprométete y organízalas, asignando una fecha a cada tarea. Reevalúa tu plazo inicial si es necesario. Recuerda que es más motivador ver tus metas como alcanzables.
Debería haber escrito ocho pasos, porque queda el más importante de todos: cumple lo que has planificado. Ya tienes tus tareas organizadas, pues comienza a trabajar en ellas. Disfruta de la energía y la satisfacción que viene con cada pequeño logro. Y recuerda, siempre puedes buscar apoyo o ayuda. ¿Necesitas algo más para perseguir tus sueños?
Aquí van algunas habilidades personales que no debes olvidar en este camino hacia tu éxito.
- Celebra los pequeños logros. Las metas emocionalmente inteligentes no solo te brindan la oportunidad de alcanzar un objetivo, sino también de disfrutar del viaje. Cada paso en este camino es una oportunidad para aprender más sobre ti misma o sobre ti mismo, y crecer como persona. Celebrar los pequeños avances y aprende de cada desafío que te encuentras, esa es una parte esencial de este proceso.
- Mira cada obstáculo como una oportunidad de aprendizaje. En tu camino hacia tus metas, inevitablemente los encontrarás. La inteligencia emocional te equipa para manejar estas situaciones con fortaleza. Aprende a ver cada obstáculo como una oportunidad para fortalecer tus habilidades y perseverar hacia tus metas.
- Alimenta tu resiliencia. Si miras los obstáculos como oportunidades, te será más fácil recuperarte de los contratiempos y seguir adelante, eso es crucial. Caerse y levantarse puede ser muy edificante. Cada desafío es una lección que te prepara mejor para el futuro.
- No temas pedir ayuda. Recuerda que pedirla no es un signo de debilidad, sino de sabiduría. Rodearte de personas que te apoyen y te inspiren puede marcar una gran diferencia en tu viaje hacia el éxito.
Cada persona tiene su propio camino hacia sus metas. Lo que le funciona a personas que conoces o admiras puede no funcionarte a ti. Lo importante es encontrar lo que mejor se adapte a tu forma de ser y a tus circunstancias únicas. Con inteligencia emocional, determinación y un plan bien pensado, no hay límites que te puedan parar.
¡Es hora de convertir tus metas en realidades! ¡A por tus sueños!