Inteligencia emocional en las aulas para mejorar la sociedad

Querido docente, querida docente, queremos presentarte a un aliado para que puedas mirar tus clases, a tus chicos y chicas, desde otro prisma. Se trata de la inteligencia emocional. La tuya. Llevarla a las aulas te hace más hábil para mejorar los procesos de aprendizaje, para anclarlos a experiencias positivas, garantizar el crecimiento sólido de las personas que son el futuro de nuestra sociedad. También para resolver conflictos, y prevenir conductas basadas en sentimientos negativos como la intolerancia o la violencia. Todo eso.

Después de los últimos meses de confinamiento, y ahora que la situación se vuelve a complicar, la docencia no se interrumpe, nuestros chicos y chicas viven días duros. Pero también sus tutores y tutoras, quienes deben atender sus propias emociones y las de su alumnado. 

No os descubrimos nada nuevo al contaros que la vuelta a las clases este 2020 está siendo un reto emocional. Por ello, contar con inteligencia emocional en las aulas es primordial, el mejor enfoque de trabajo e intervención. 

¿En qué puede ayudarnos la inteligencia emocional en las aulas?

  • Autoconocimiento.
  • Automotivación.
  • Resolver conflictos.
  • Gestión de emociones propias y ajenas para mejorar la autorregulación.
  • Prevenir conductas como la intolerancia, la violencia de género o el acoso escolar.

Precisamente estas son las líneas de trabajo que nos hemos marcado en una formación en Inteligencia Emocional aplicada a la docencia para más de 80 profesoras y profesores de centros públicos. Estamos viviendo los últimos días de esta experiencia en el aula virtual de la Junta de Andalucía, donde hemos planteado una formación muy práctica y vivencial a pesar del medio telemático. El profesorado se ha adentrado y vivido en primera persona las emociones básicas, proponiendo patrones de afrontamiento para los sentimientos más habituales en las aulas. Han entrenado la comunicación asertiva y afectiva. Y están trabajando casos prácticos para la gestión de conflictos desde la inteligencia emocional.

Aplicaciones prácticas para la resolución de conflictos en las aulas:

  • Prevención de la violencia de género.
  • Intervención en casos de intolerancia.
  • Sanación emocional o recuperación de la convivencia tras casos de bullying o acoso.

Desde CpC no podemos dejar de agradecer y  reconocer el esfuerzo que hacen estos profesores y profesoras por seguir formándose cuando acaban su intensa jornada laboral. Se están enfrentando a ellos y ellas mismas, a sus emociones, a sus sentimientos, a todo lo que les gusta y también a lo que no les gusta. Están avanzando en la complicada comprensión y aceptación para crecer como personas y profesionales. Así sí. Así la educación se vuelve más poderosa todavía para transformar para mejor nuestro futuro. ¡Gracias!